jueves, octubre 30
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INFORMACIÓN Y EVIDENCIAS DEL TRABAJO DEL MODULO PROPEDEUTICO
MARÍA DE JESÚS MARÍN RESENDIZ
- MARÍA DE JESÚS
- Distrito Federal, Mexico
- Profesora de Geografía en Educación Secundaria en el D.F.
EDUCACIÓN Y COMUNICACIÓN, UN VINCULO INDISOCIABLE
LA REVOLUCIÓN TECNOLOGICA-EDUCATIVA, UNA NECESIDAD
La revolución tecnológica-educativa, una necesidad.
Introducción
Este documento trata de mostrar como hasta hoy los avances tecnológicos están dados para revolucionar los procesos educativos, la tarea esta ahora en romper los paradigmas tradicionales, de entendimiento de los procesos cognitivos de los alumnos y la forma en que se estructuran y llevan a la práctica los procesos de enseñanza y aprendizaje.
En busca de un megacambio
Papert, muestra en su lectura La maquina de los niños, como la educación esta encaminada a continuar bajo el sesgo del conductismo o de la escuela tradicional, donde el razonamiento y las decisiones propias estén siempre limitadas por el deber ser y por el tratar de esteriotipar el papel que juega el docente y el maestro dentro del marco educativo, me refiero a como la comunicación esta cuartada y limitada por las supuestas acciones que le corresponden realizar tanto a uno como a otro, en muy pocas ocasiones se lleva la comunicación a un grado de interrelación de conocimientos y pensamientos esto sobre todo en la educación básica.
Es necesario, un megacambio estructural, que permita crear ambientes educativos mas atractivos a los estudiantes, donde entiendan que los actores mas importantes de se ambiente son ellos, por que finalmente estamos esperando su razonamiento, lógico estructurado o espontáneo, tal vez que permita romper paradigmas no solo en la educación si no en cada uno de los elementos de la estructura funcional de la sociedad en que vivimos, dándole una connotación propia a los aspectos culturales que fluyen en esta sociedad.
La cultura social, es un todo integral sobre el hombre y sus relaciones con los mundos natural y social en sus diferentes expresiones. Como quiera la cultura es resultado de la creación del pensamiento humano, su desarrollo tiene carácter histórico-crítico y por tal motivo siempre está en constante evolución y se evidencia a través de múltiples y variadas manifestaciones teórico prácticas. Por eso, si bien la formación tecnológica, como particularidad cultural de la acción educativa, apunta ineludiblemente a la producción y al manejo de instrumentos de los demás saberes con ella relacionados y de su incuestionable repercusión social.
Esto sugiere que la formación a través de la tecnología ha de plantearse en el marco de un programa de desarrollo tanto social como de conocimiento, acorde con los requerimientos del país pero inscrito en el ámbito universal de las transformaciones sociales y culturales. De allí se derivarían los diferentes proyectos de estudio investigativo tendientes a solucionar los problemas singulares surgidos en su aspectos intelectuales y sociales.
Si la escuela puede ser considerada como el lugar en donde se construyen las aspiraciones sociales de transformación, es natural que ella deba asumir un rol de liderazgo en el trabajo hacia la satisfacción de tal preocupación. Dichas razones deben promoverla, entonces a constituirse en un núcleo de producción de conocimientos para el mejoramiento de los procesos sociales de desarrollo y esto implica, necesariamente, el que la escuela esté también en constante movimiento, y por ende, en permanente proceso de transformación.
El papel social de la educación
La educación en nuestro país se ha dirigido principalmente a escolarizar para el empleo y no para permitir una producción de conocimientos y otros elementos que permitan desarrollar una cultura educativa que sea productora de avances científicos y tecnológicos propios, Papert menciona como esta característica social de la educación no ha podido ser cambiada en razón de aspectos burocráticos, que no entienden como el vinculo educación-tecnología sería un camino que daría frutos para reestructurar económicamente y hasta políticamente a nuestro país.
Elevar la capacidad intelectual a través de la tecnología permitiría educar no para el empleo si no para la producción intelectual, el hecho de que desarrollen competencias basadas en, el análisis de información y en la autoformación; para ello se necesitaría primero un cambio de la forma en la que se estructuran las planeaciones didáctico-tecnológicas, donde se tienen que integrar no solo los elementos pedagógicos que se han venido desarrollando en estas planeaciones si no además analizar dentro del marco
De diferentes escenarios potenciales centrados en un foco de interés común entre las potencialidades de los estudiantes y el tipo de conocimientos que se quieran genera con esta potencialidad
Es así entonces que la educación en vinculo con la tecnología, debe contribuir a la promoción del desarrollo político, económico y cultural del país mediante la búsqueda de la transformación intelectual de los individuos, la construcción de una contemplación racional sobre la naturaleza y la sociedad y la vinculación de los procesos de formación a la satisfacción de necesidades de la producción industrial, al igual que al cubrimiento de la demanda de mano de obra en el mercado laboral. Como tal, ella debe procurar la formación de tecnólogos, de técnicos y de operarios pero siempre en el contexto de la formación humanística permitiendo el desarrollo de los valores individuales y sociales en función de una identidad nacional a cuyo caso sea posible la convivencia tranquila, la participación democrática, el progreso colectivo y el mejoramiento de las condiciones de de estudio que la configuran como praxis social orientada a la construcción del conocimiento vida.
Sin embargo, esto no se logra gratuitamente, se alcanza, únicamente, a través del esfuerzo y la voluntad de estudio permanentes, por parte del docente, en busca de su transformación constante para un mejor desempeño en su quehacer. He ahí el reto, el compromiso y la responsabilidad que debe asumir y que lo han de impulsar y conducir continuamente en la interrogación, la reflexión y la explicación de los problemas que, en cuanto mediaciones, subyacen en las relaciones maestro-saber-alumno.
Esto nos refiere a cada uno de los elementos sociales y por supuesto educativos que tendriamos que reestructurar y apuntalar la propiciar un megacambio social de cómo se pretenden generar conocimientos científicos en los alumnos de este país.
Elaborado por: María de Jesús Marín Resendiz
Introducción
Este documento trata de mostrar como hasta hoy los avances tecnológicos están dados para revolucionar los procesos educativos, la tarea esta ahora en romper los paradigmas tradicionales, de entendimiento de los procesos cognitivos de los alumnos y la forma en que se estructuran y llevan a la práctica los procesos de enseñanza y aprendizaje.
En busca de un megacambio
Papert, muestra en su lectura La maquina de los niños, como la educación esta encaminada a continuar bajo el sesgo del conductismo o de la escuela tradicional, donde el razonamiento y las decisiones propias estén siempre limitadas por el deber ser y por el tratar de esteriotipar el papel que juega el docente y el maestro dentro del marco educativo, me refiero a como la comunicación esta cuartada y limitada por las supuestas acciones que le corresponden realizar tanto a uno como a otro, en muy pocas ocasiones se lleva la comunicación a un grado de interrelación de conocimientos y pensamientos esto sobre todo en la educación básica.
Es necesario, un megacambio estructural, que permita crear ambientes educativos mas atractivos a los estudiantes, donde entiendan que los actores mas importantes de se ambiente son ellos, por que finalmente estamos esperando su razonamiento, lógico estructurado o espontáneo, tal vez que permita romper paradigmas no solo en la educación si no en cada uno de los elementos de la estructura funcional de la sociedad en que vivimos, dándole una connotación propia a los aspectos culturales que fluyen en esta sociedad.
La cultura social, es un todo integral sobre el hombre y sus relaciones con los mundos natural y social en sus diferentes expresiones. Como quiera la cultura es resultado de la creación del pensamiento humano, su desarrollo tiene carácter histórico-crítico y por tal motivo siempre está en constante evolución y se evidencia a través de múltiples y variadas manifestaciones teórico prácticas. Por eso, si bien la formación tecnológica, como particularidad cultural de la acción educativa, apunta ineludiblemente a la producción y al manejo de instrumentos de los demás saberes con ella relacionados y de su incuestionable repercusión social.
Esto sugiere que la formación a través de la tecnología ha de plantearse en el marco de un programa de desarrollo tanto social como de conocimiento, acorde con los requerimientos del país pero inscrito en el ámbito universal de las transformaciones sociales y culturales. De allí se derivarían los diferentes proyectos de estudio investigativo tendientes a solucionar los problemas singulares surgidos en su aspectos intelectuales y sociales.
Si la escuela puede ser considerada como el lugar en donde se construyen las aspiraciones sociales de transformación, es natural que ella deba asumir un rol de liderazgo en el trabajo hacia la satisfacción de tal preocupación. Dichas razones deben promoverla, entonces a constituirse en un núcleo de producción de conocimientos para el mejoramiento de los procesos sociales de desarrollo y esto implica, necesariamente, el que la escuela esté también en constante movimiento, y por ende, en permanente proceso de transformación.
El papel social de la educación
La educación en nuestro país se ha dirigido principalmente a escolarizar para el empleo y no para permitir una producción de conocimientos y otros elementos que permitan desarrollar una cultura educativa que sea productora de avances científicos y tecnológicos propios, Papert menciona como esta característica social de la educación no ha podido ser cambiada en razón de aspectos burocráticos, que no entienden como el vinculo educación-tecnología sería un camino que daría frutos para reestructurar económicamente y hasta políticamente a nuestro país.
Elevar la capacidad intelectual a través de la tecnología permitiría educar no para el empleo si no para la producción intelectual, el hecho de que desarrollen competencias basadas en, el análisis de información y en la autoformación; para ello se necesitaría primero un cambio de la forma en la que se estructuran las planeaciones didáctico-tecnológicas, donde se tienen que integrar no solo los elementos pedagógicos que se han venido desarrollando en estas planeaciones si no además analizar dentro del marco
De diferentes escenarios potenciales centrados en un foco de interés común entre las potencialidades de los estudiantes y el tipo de conocimientos que se quieran genera con esta potencialidad
Es así entonces que la educación en vinculo con la tecnología, debe contribuir a la promoción del desarrollo político, económico y cultural del país mediante la búsqueda de la transformación intelectual de los individuos, la construcción de una contemplación racional sobre la naturaleza y la sociedad y la vinculación de los procesos de formación a la satisfacción de necesidades de la producción industrial, al igual que al cubrimiento de la demanda de mano de obra en el mercado laboral. Como tal, ella debe procurar la formación de tecnólogos, de técnicos y de operarios pero siempre en el contexto de la formación humanística permitiendo el desarrollo de los valores individuales y sociales en función de una identidad nacional a cuyo caso sea posible la convivencia tranquila, la participación democrática, el progreso colectivo y el mejoramiento de las condiciones de de estudio que la configuran como praxis social orientada a la construcción del conocimiento vida.
Sin embargo, esto no se logra gratuitamente, se alcanza, únicamente, a través del esfuerzo y la voluntad de estudio permanentes, por parte del docente, en busca de su transformación constante para un mejor desempeño en su quehacer. He ahí el reto, el compromiso y la responsabilidad que debe asumir y que lo han de impulsar y conducir continuamente en la interrogación, la reflexión y la explicación de los problemas que, en cuanto mediaciones, subyacen en las relaciones maestro-saber-alumno.
Esto nos refiere a cada uno de los elementos sociales y por supuesto educativos que tendriamos que reestructurar y apuntalar la propiciar un megacambio social de cómo se pretenden generar conocimientos científicos en los alumnos de este país.
Elaborado por: María de Jesús Marín Resendiz
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